REACCIONES ANTE LOS CONFLICTOS

Al encontrarnos en medio de un conflicto, cada uno de nosotros reaccionamos de manera distinta, dependiendo del contexto en que se dé. No nos comportamos de igual manera si el conflicto se da en la familia, entre compañeros o entre amigos. No obstante, en muchos casos tenemos un estilo preferido o una forma concreta de reaccionar. El difícil equilibrio entre el propio interés y el ajeno propicia una gama de reacciones de comportamiento que son, en cierto modo, la base para la identificación de formas de resolución de los problemas.
Reacciones y mecanismos

Competición: Forma de reacción que implica una gran preocupación por los deseos de nosotros mismos y no por los del otro. Se basa en la creencia de que "para que yo pueda ganar, tú debes perder". Se elige este método cuando una parte tiene, o cree tener, mayor poder.


Acomodación: Reacción de adaptación a los intereses del otro. Uno no se preocupa por lo suyo y solo busca satisfacer los deseos del otro. No confronta, sino que siempre cede. Se basa en la premisa de que " para que tu puedas ganar, yo debo perder". Es una estrategia positiva cuando se necesita sacrificar los propios intereses para mantener una buena relación, cuando es conveniente demostrar o promover la cooperación o cuando los intereses son muy interdependientes. En cambio, puede ser una estrategia negativa en cuanto una de las partes no tiene poder suficiente para hacer otra cosa, las partes son fundamentalmente pasivas o no hay interés en el resultado.

Evasión: Reacción que consiste generalmente en ignorar el conflicto o negarse a reconocerlo. Se evade el conflicto por miedo, falta de interés independientes entre las partes, creencia de que no hay posibilidad de acuerdo o no es conveniente el conflicto, falta de conocimiento del proceso de manejo de conflictos, etc. Con la evasión nadie gana. En el fondo implica que no importa ni lo que nosotros deseamos ni lo que el otro quiere.


Negociación: Es una forma de compartir entre las partes la disputa. La negociación requiere que para cada uno de nosotros pueda ganar algo, cada uno debe también perder algo, pérdida considerada entonces como necesaria. Es decir, que la solución demanda que cada uno ceda un poco hasta llegar a un punto medio. Es como el proceso de regatear en el mercado.


Colaboración: Colaborar es un fenómeno muy distinto a los demás estilos y poco practicado. Se basa en la creencia de que es posible conseguir lo que uno desea y, a la vez, satisfacer los intereses del otro. Este comportamiento da más importancia a la satisfacción de intereses que, a los temas en discusión. En la colaboración, cada propuesta de solución tiene la intención de integrar los intereses principales de ambas partes. Se diferencia de la competencia y la negociación en que, mientras en estas se reparten los recursos limitados, la colaboración busca ampliar el marco de las alternativas para satisfacer las necesidades de las partes.

En el fondo, cada uno de los estilos puede ser válido, dependiendo del contexto. Por ejemplo, si la causa del conflicto no es importante, uno puede optar por acomodarse; en cambio, esta postura no sería adecuada si se refiere a cuestión de principios, donde convendría más un estilo competitivo, negociador o de colaboración. Lo difícil es saber cuándo corresponde aplicar un estilo u otro. Una pauta que puede ayudar en esto es lo siguiente: cuanto más importante sea una relación, más importante será aprender a colaborar y preocuparse por ambas partes.

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